LA ESPADA DEL ALMIRANTE GUILLERMO BROWN

Nota de: Instituto Nacional Browniano Delegación Claromecó

La espada de nuestro Gran Almirante es en realidad un sable corvo, pero por tradición en casi todas las Armadas, con referencia a las armas blancas largas de mano, se la denomina espada.
No fue la única espada que tuvo nuestro Almirante, pero es la emblemática. Con ella se lo representa en casi todos los grupos escultóricos; una réplica de la misma es la que usan los Almirantes de nuestra Armada desde 1991.
Le fue entregada a Brown como un obsequio en 1826, en plena guerra contra el Imperio del Brasil, por el Capitán de Navío Robert Ramsay, de la Armada Británica. Era en realidad su propia espada y en el lado izquierdo de la boquilla de la vaina lleva la inscripción CAPTN ROBERT R. RAMSAY R.N. En una época indeterminada se le agregó debajo, en otra línea, ALMIRANTE BROWN.
Es una pieza de gran calidad, realizada por uno de los principales armeros británicos de la época. Lo justifica la marca del fabricante: SALTER / SWORD CUTLER / TO HIS ROYAL HIGHNEST / THE DUKE OF SUSSEX / 35 STRAND.
Debiendo regresar a Gran Bretaña y ausente el entonces Coronel Brown, realizando su crucero corsario a las costas del Brasil, Ramsay le hace llegar la espada a la esposa de Brown, Elizabeth Chitty, con una esquela que decía; según traducción parcial no oficial:
Paquete de S.M.B. Goldfinch, surto frente a Buenos Aires; 29 de noviembre de 1826:
“Señor, aunque no tengo el honor de conocer a Ud. personalmente, su nombre y sus hazañas me son conocidas hace largo tiempo. Ruégole pues, quiera aceptar como prueba de mi estima y admiración por su brillante conducta en defensa de este país, la espada que me ha acompañado cerca de quince años haciendo votos para que goce Vd. de larga vida, para usar esta y otra, en sostén de la causa en que ambos estamos empeñados”.
Brown regresó a Buenos Aires el 25 de diciembre y al día siguiente zarpó para la campaña que culminaría el 9 de febrero de 1827 con la victoria de Juncal. Llevaba con él esa nueva espada, razón por la que durante mucho tiempo se la conoció como “Espada de Juncal”.
A la muerte del Almirante Brown, la espada estaba en poder del Sargento Mayor de Marina Juan King, irlandés del condado de Mayo como él, hasta que finalmente su viuda, señora Sara Mc. Gow de King la dona al Museo Histórico Nacional en 1889.
Foto: RP