Los números de la pesca comercial y deportiva

Los números de la pesca comercial y deportiva

  • Por Wilmar Merino
 
  • Al pescador artesanal hoy por hoy le pagan U$s 0,30 centavos por pieza, es decir, 25 pesos. Y Argentina exporta mediante 12 empresas a un valor de U$s 1200 dólares la tonelada, que significan, solo en el 2019, U$s24 millones.
  • Como se dijo, la exportación de pescado de río está gravada en un 5% de retenciones, lo que representó en 2018 un ingreso anual para el estado nacional de U$s 1,3 millones de dólares. Cifra que con el daño generado a los ríos resulta insignificante. Por el contrario la importación de material para la pesca deportiva en el mismo año representó ingresos por U$S 2 millones en concepto de derechos de importación (20%). Esta cifra de rédito para el estado nacional se suma al beneficio resultante par las administraciones provinciales que ven dinamizadas sus economías regionales por el pescador deportivo. Esto se materializa de manera muy notoria en grandes concursos de pesca (muchos multitudinarios) que generan ingreso por turismo en diversas localidades del Litoral activando una enorme cantidad de puestos de trabajos directos e indirectos haciendo un uso sustentable del recurso.
 
  • Para muestra bastan algunas cifras
 
  • 1.- Hay unos 500 comercios de artículos de pesca deportiva en todo el país.
  • 2.- 4 millones de pescadores recreativos tiene nuestro país, según la Asociación de Industriales de Caza y Pesca (Aicacyp).
  • 3.-300.000 puestos de trabajo se estiman que están vinculados a la pesca deportiva.
  • Para tomar real dimensión podemos citar como ejemplo la Fiesta Nacional del Surubí, en Goya, Corrientes, que reúne a más de 25000  personas en dicha localidad correntina y representa un ingreso directo de U$s 600 mil dólares para la organización y otros U$s 2,5 millones en concepto de gasto turístico para Goya y ciudades de hasta 100 km a la redonda. Un total de U$s 3,1 millones de dólares en 5 días, repartidos de modo horizontal, tocando diversos sectores, desde hospedajes a transportes, pasando por guías de pesca, cabañeros, vendedores de carnada, proveedores, estaciones de servicio etc, a diferencia de lo que ocurre con la pesca comercial donde la transferencia de ingresos es bien vertical y no favorece precisamente  a quienes se agrieta las manos y el cuero levantando redes.